jueves, 2 de agosto de 2012

Ser mujer no es fácil


Hace unas semanas leí una noticia que me impactó muchísimo: aproximadamente 150 niñas en Afganistán fueron envenenadas junto a sus maestras por querer educarse. Cuando vi el titular me costó creerlo, normalmente pensamos que vivimos en un mundo globalizado, moderno y lejos de la barbarie que se vivía hace muchos años; groso error. Es fácil querer tapar el sol con un dedo, pero no es posible, es solo una ilusión.

¿Cómo es que el mundo avanza y retrocede a la misma ves?

Es como si no importara lo que pase, en todas partes del mundo hay odio, discriminación, desigualdad, violencia… la única diferencia es que en cada país se vive distinto, de verdad genera una impotencia terrible.

Me dio mucha pena, porque no es novedad que la cultura afgana minimice y desvalorice al género femenino, lo que sí es nuevo es que segmentos de esta sociedad quieran salir de esa estructura, pero la oposición es fuerte. O sea, ¿que padres van a querer mandar a sus hijas a estudiar si esto pone en riesgo sus vidas? Estos grupos extremistas no dudan en usar las técnicas más intimidantes para imponer sus creencias, que no solo son erróneas si no también amenazantes, y que faltan totalmente a los derechos de los seres humanos.

Confieso que nunca podré comprender como se llega a la conclusión de que una mujer merece menos respeto que un hombre; nunca comprenderé que una mujer merezca ser apedreada en la calle por serle infiel a su esposo y que se reúna una urbe de personas para celebrarlo como si fuera justicia divina y mucho menos entiendo como todo se puede justificar con una religión.

No sé muy bien como terminar este post, porque este tema me deja mil cosas en la cabeza, solamente puedo decir que me siento afortunada por las oportunidades que tengo, por mi familia y porque difícilmente voy a vivir algo siquiera similar a lo que les ha sucedido a estas mujeres.

Al parecer en cada país, hay miles de razones que hacen que ser mujer no sea tarea fácil.